Ataque israelí a iglesia católica en Gaza deja al menos 4 muertos y provoca condena internacional

El bombardeo contra la Iglesia de la Sagrada Familia, única parroquia católica en la Franja, causó la muerte de cuatro personas y heridas a siete, entre ellas el sacerdote argentino Gabriel Romanelli.
El Ejército de Israel bombardeó este jueves la Iglesia de la Sagrada Familia en Ciudad de Gaza, la única parroquia católica del enclave palestino, causando la muerte de al menos cuatro personas y dejando siete heridas. El saldo fue confirmado por Zaher al Waheidi, responsable de la Unidad de Sanidad encargada del recuento de víctimas gazatíes. Entre los heridos se encuentra el párroco argentino Gabriel Romanelli, figura conocida por su contacto frecuente con el papa Francisco desde el inicio de la ofensiva, cuando la parroquia comenzó a acoger a unos 500 cristianos desplazados.
Horas después del ataque, el Ejército israelí reconoció el daño causado a la iglesia y a las víctimas, indicando que se están investigando las circunstancias del incidente. En su comunicado, el cuerpo castrense aseguró que realiza todos los esfuerzos posibles para evitar daños a la población civil y a infraestructuras como lugares de culto, aunque este ataque se suma a más de 800 mezquitas destruidas en la Franja durante 2024, según la Autoridad Nacional Palestina.
La respuesta internacional no tardó en llegar. Desde Roma, la primera ministra Giorgia Meloni calificó el ataque como inaceptable, sumándose a las críticas del canciller Antonio Tajani, quien expresó sus condolencias al padre Romanelli y afirmó que este tipo de acciones ya no son admisibles. Ambos representantes italianos denunciaron que los bombardeos contra población civil no pueden justificarse bajo ningún argumento militar, insistiendo en la necesidad urgente de poner fin a la violencia.
Por su parte, el papa León XIV manifestó su profunda tristeza por el bombardeo, renovando su llamado a un alto al fuego inmediato y a una salida pacífica al conflicto. A través de un telegrama firmado por el cardenal Pietro Parolin, el pontífice expresó su cercanía espiritual con la comunidad parroquial, encomendando las almas de los fallecidos a la misericordia de Dios y rezando por la recuperación de los heridos. La iglesia ya había sido blanco de un ataque anterior en diciembre de 2023, pero este constituye el primer bombardeo directo contra el templo, que seguía funcionando como refugio en medio de una ofensiva que ha dejado más de 58 mil muertos en Gaza.